
El marketing digital es una disciplina cuyo fin es posibilitar la comercialización de productos y/o servicios en el canal digital. Entre los principales canales podemos encontrar motores de búsqueda (como Google y Bing), redes sociales (como Instagram, Facebook, LinkedIn, WhatsApp) y muchísimas páginas y apps que forman parte de una red de display de Google en donde mostramos banners.
Un canal que no mencioné –y que es uno de mis favoritos- es Youtube. Si bien Youtube forma parte de Google, la publicidad en video está pegando un salto increíble últimamente y amerita un artículo aparte. Pero, básicamente, consiste en armar secuencias de anuncios y mostrarlos antes, durante y después de los videos que los usuarios consumen.
Antes de comenzar con los conceptos básicos, quiero hacer Una aclaración. El marketing digital está compuesto por 3 grandes pilares:
- SEM (publicidad paga)
- SEO (posicionamiento orgánico)
- RRSS (CM & anuncios pagos)
En este artículo nos vamos a centrar en todo lo que es publicidad paga. Ahora sí, comencemos.
Diferencias entre el marketing digital y la publicidad tradicional
La diferencia más visible –incluso para quienes no se dedican a esto- es que trabajan con canales distintos.
El marketing digital tiene como canales principales:
- Las RRSS
- Los motores de búsqueda
- Las plataformas de streaming
- Páginas webs
- Apps
La publicidad tradicional, por otra parte, tiene como canales principales:
- La vía pública
- La radio
- La televisión
- Los periódicos
- Los flyers
Otra de las principales diferencias son los costos de publicitarse. La publicidad tradicional es muchísimos más cara. Pero muchísimo en serio. Colocar una gráfica en la autopista panamericana a la altura del Unicenter (zona GBA Norte) debe rondar los $200.000 o $300.000 mensuales. El segundo de publicidad en el programa de Tinelli costaba $20.000 hace como 5 años. Estamos hablando de cifras que solamente pueden pagar las empresas grandes. El marketing digital, por otro lado, no tiene barrera de entrada económica. Si querés invertir $5.000 mensuales –y sos habilidoso/a en lo que hacés-, podés obtener grandísimos resultados.
Otra diferencia súper importante es la medición de resultados. En la publicidad tradicional no tenés forma de saber qué tan efectiva fue la estrategia. Es imposible atribuir resultados porque no podés medir nada. El marketing digital te brinda la posibilidad de medir cada $1 invertido. Y podría seguir hablando de diferencias, pero prefiero tocarlas en el siguiente subtítulo, llamado…
¿DUDAS? ESCRIBINOS POR WHATSAPP
Principales ventajas del Marketing digital
A continuación, voy a enumerar las principales ventajas del marketing digital y luego voy a destinarle algunos párrafos –prometo no hacerlos muy extensos- para desarrollarlas un poco. En suma, las principales ventajas que identifico son:
- Selección de la audiencia
- Posibilidad de medir cada $1 invertido
- Democratización de la publicidad
En el marketing digital hay dos formas de promocionar tus anuncios:
- Eligiendo qué términos de búsqueda lo activen
- Armando una audiencia según intereses específicos
Independientemente de cuál sea la forma, lo que quiero que te quede claro es lo siguiente: tus anuncios se van a mostrar únicamente a la gente interesada en ellos. Es decir, la gente que puede llegar a interactuar y convertirse en tu cliente.
Como si eso fuera poco, también podés medir meticulosamente cada $1 invertido. Imaginemos que la primera semana invertirse $2.000. Eso trajo unos resultados específicos que nos permiten sacar conclusiones. Gracias a la información que nos proveen los administradores de anuncios, podemos optimizar las campañas para que, si esos $2.000 te dieron $10.000 de ganancia, la semana siguiente te de $15.000. Y así progresivamente.

¿Por qué puse esos montos chicos cuando tranquilamente pude haber hablado de inversiones de $100.000 mensuales? Para conectarlo con el tercer punto: la democratización de la publicidad. Hace 30 años no había forma de que The Urban Concept compita con Joyerías Ricciardi, por ejemplo. ¿Por qué? Porque Ricciardi invierte todos los meses para que Mirtha Legrand lo promocione en sus almuerzos y cenas. Y eso cuesta una buena torta.
El marketing digital, al no tener una barrera de entrada económica, permite que los pequeños comerciantes que recién están empezando puedan hacerles frente a las grandes potencias. Y esto, en lo personal, me parece increíble. Basta de tanta corpo, viejo.
¿Cómo puedo promocionar mi producto o servicio?
Para que puedas aprovechar al máximo todas estas ventajas tenés que aprender sobre esta disciplina. Es así de simple. Pero, a grandes rasgos, tenés que hacer el siguiente análisis: ¿mi producto o servicio es de “primera necesidad” o de estilo de vida? Y en base a la respuesta, elegís el canal que mejor te convenga.
Si contás con un presupuesto limitado de, por ejemplo, $5.000 mensuales, vas a tener que elegir un solo administrador. Lo ideal siempre es hacer una estrategia 360° y estar en todos lados, obviamente, pero eso requiere una inversión bastante mayor. Para comenzar, te sugiero que elijas uno de los siguientes administradores publicitarios:
- Google Ads
- Facebook Ads
La elección del mismo depende del análisis que hayas hecho anteriormente. Si tu servicio es de “primera necesidad” (sos plomero), claramente te conviene Google Ads. ¿Por qué? Porque no tenés que generar ninguna necesidad. Si se me rompe la cañería del baño, voy a buscar en Google “plomero en Olivos”. Y claramente voy a hacer click en el primer anuncio que me aparezca. Si no estás ahí, te perdiste un cliente.
Si, por el contrario, vendés joyas –para seguir con el ejemplo de antes-, no se si te convendría tanto Google Ads. Obvio que te daría resultados, pero competirías con potencias como Mercado Libre o Ricciardi (sí, también hace marketing digital). En ese caso, Facebook Ads sería clave porque podés armar una audiencia específica –mujeres de 30 a 50 años que vivan en tal lugar y tengan este tipo de intereses. De esa forma, tus anuncios le van a llegar únicamente a ellas y tu presupuesto acotado te va a permitir escalar tu negocio gradualmente.