
Ayer estaba hablando con una amiga acerca de cómo el tener una rutina –un día ordenado- te simplifica la vida. Y llegamos a conclusiones muy interesantes. Una de ellas, irónicamente, era que el concepto “rutina” está asociado a algo negativo, forzoso. Y es objetivo de este artículo terminar con esta mentira.
Antes de contarte cómo podés armar una rutina superproductiva en 3 simples pasos, me parece lógico empezar desmitificando la mentira recién mencionada. Abrochate el cinturón que se viene una avalancha de información.
Cómo se beneficia el cerebro al tener una rutina
Todos sabemos que el cerebro es el órgano más importante del cuerpo humano. Es lo que somos. Es nuestro CPU. Contiene absolutamente toda la información que incorporamos a lo largo de nuestra vida y, por consiguiente, es nuestra identidad. Controla nuestro lado racional, nuestro lado emocional y el reptiliano.
Ahora bien: el cerebro siempre busca ahorrar energías. ¿Por qué? Porque siempre quiere estar preparado para cualquier imprevisto. El lado que más pesa es el reptiliano, el de nuestra supervivencia. No es descabellado pensarlo, dado que es el más viejo de los tres.
¿Y qué tiene que ver esto con la rutina?
La principal ventaja de las rutinas es que automatizan procesos. Ponete a pensar en todas las decisiones que tomás desde que te levantás hasta el mediodía. Seguro son muchísimas. ¿Pensás que eso no te consume energías?
Yo me despierto a las 8 am, pero mi cerebro empieza a funcionar a las 10. Tengo esas dos horitas desde que me despierto hasta que activo para entrar en calor. Te cuento rápido mi rutina desde las 8 am hasta las 13:
- Me despierto 8 am
- De 8 a 9 medito y tengo pensamientos positivos
- A las 9 me levanto de la cama
- Hago mi rutina higiénica de la mañana
- Me armo un café
- Escribo un artículo
- Me tomo otro café
- Respondo algunos WhatsApps laborales y/o mails
- 13 hs corto y voy a hacer ejercicio
Así se compone mi rutina matutina. De todas esas actividades, solamente una me consume energía: escribir.
¿Todo lo demás no me demanda energía? Prácticamente nada, ni siquiera responder mails. ¿Por qué? Porque es algo que hago a diario y que mi cerebro tiene automatizado. Como los mails son todos laborales, por lo general el contenido es el mismo: comercial. Lo único que me demanda una cantidad significativa de energía es escribir (utilizo mi lado racional y creativo a la vez).
¿DUDAS? ESCRIBINOS POR WHATSAPP
Es por eso que a las 13 hs corto para entrenar. Entre las 13 y las 15 me olvido del trabajo. Termino de entrenar, me ducho, como algo y leo una hora. Recién retomo el trabajo a eso de las 16/17 y sigo algunas horas más. Lo importante es conocer cómo funciona tu cuerpo y buscar la máxima optimización. Separar mi rutina en bloques me es muy efectivo. Y dato no menor: encaro mis tareas de mayor a menor demanda de energía.
Pensá una organización integral para tu día
Algo importante a tener en cuenta cuando armás una rutina diaria es pensarla de forma integral. Una rutina no tiene que estar pensada únicamente para cumplir con funciones laborales o de estudio. Tu vida no pasa únicamente por esos dos pilares.
Una técnica que me sirve mucho es separar mi día en bloques. Mi bloque matutino suele ser el de mayor lucidez, por eso lo uso para escribir. Mi bloque nocturno, por otra parte, es mi debilidad, razón por la cual lo destino al ocio. Siempre miro una película después de cenar.
En el medio entreno, leo y le dedico tiempo a mi faceta artística. Podría decir que mi bloque del medio está 100% enfocado en el desarrollo personal. Nunca me desenchufo del trabajo, pero como mi actividad principal es comercial, no necesito estar todo el día con la computadora. El celular es suficiente.
De más está decir que no estoy sugiriendo que repliques mi técnica, solo describo lo que me resulta productivo y disfruto hacer. En fin, basta de tanta cháchara. Vayamos a lo importante.

Cómo armar una rutina superproductiva en 3 simples pasos
Ahora sí: llegó el momento más esperado del artículo. Tomá nota porque esto que te voy a decir lo aprendí leyendo a los mejores.
Paso #1: pensá en todos los aspectos de tu vida que te gustaría mejorar
Lo más importante a la hora de armar una rutina productiva es tener bien en claro en qué aspectos de tu vida querés mejorar. Cuando volví de España en junio, tenía en claro que quería mejorar en los 5 aspectos siguientes:
- Profesional
- Intelectual
- Artístico
- Físico
Obviamente, la prioridad de esos 5 aspectos no son la misma, razón por la cual no le destino la misma cantidad de horas a cada uno. Sin embargo, el tener en claro en qué quería mejorar me ayudó muchísimo a la hora de armar una rutina acorde a mis objetivos.
Paso #2: armá un orden de prioridades y separá las tareas en bloques
Sigamos con mi experiencia propia porque es la forma más sencilla de bajar a tierra toda la teoría. De los 5 aspectos que quería mejorar, mi prioridad pasaba por dos: la parte profesional y la parte física. El lado intelectual y artístico lo seguían de abajo e Instagram fue un capricho (tampoco soy perfecto).
¿Ahora entendés por qué armé la rutina matutina que armé? Las horas de mayor lucidez del día las destino para trabajar y cuando me saturo, voy a entrenar. Entrenar es lo que más disfruto del día, con lo cual mi nivel de estrés vuelve a bajar a cero. Termino de entrenar, me baño, como unas frutas, unos huevos duros y voy a leer.
Leo una hora, una hora y media y vuelvo a agarrar la compu hasta las 20 hs aprox. A las 20 hs siempre voy a mi cuarto y toco la guitarra un rato (a veces me filmo y lo subo a Instagram) y algunos días me saco buenas fotos y también las subo. De esa forma cubro todos los aspectos que quiero mejorar y soy muy feliz.
Paso #3: calendarizá tus actividades por horas y confiá en el proceso
Por último –pero no menos importante-, la calendarización de tus actividades. Ya sabés:
- Qué aspectos querés mejorar
- Qué aspectos son más prioritarios que los otros
Es momento de que cada hora productiva del día tenga una actividad. Esto ya depende exclusivamente de vos. Vos sabrás cómo ordenar todo lo que tenés que hacer en función de tus objetivos y el momento del día en que mejor funcionás.
Lo único que te voy a decir –y con esto termino, lo prometo- son dos cosas:
- Armá una rutina que disfrutes
- Tené muchísima paciencia
La realidad es que los grandes resultados se consiguen con disciplina y paciencia. No hay soluciones mágicas. Por eso tenés que disfrutar de la rutina que armes. Y tené paciencia. Confiá en el proceso. Solo le suceden cosas buenas a la gente que sabe ser paciente.