La inteligencia emocional es definida como la capacidad de entender que podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. En otras palabras, entender la emoción que una situación específica nos provoca y no actuar en función a ese impulso.
Me animo a decir que dominar la inteligencia emocional, junto a tener habilidades comunicativas efectivas, es la clave para conseguir absolutamente todo lo que te propongas en la vida. A continuación, vamos a ver cuáles son los 5 pasos para poder desarrollarla de manera efectiva.
Paso 1: Conocer tus propias emociones
Usemos un ejemplo lo bastante gráfico como para poder entender este paso a la perfección. Supongamos que volvés a tu casa y encontrás a tu pareja siéndote infiel. La reacción va a variar dependiendo si sos hombre o mujer. Los hombres, por lo general, tienden a enojarse y querer moler a golpes a quién se está acostando con tu mujer. Las mujeres, siendo seres mucho más sensibles y de luz, posiblemente tiendan a expresar sus sentimientos con el llanto producto de la tristeza y desilusión que le provocó haber encontrado a su pareja con otra.
¿Qué pasa? Tanto si la reacción es ir a pegarle al otro o llorar e insultar, ambas son producto de las fuertes emociones que la situación construyó. Cuando la situación se enfríe, muy probablemente se deban una conversación y ahí se verá si la resolución racional es el divorcio. El punto es que “me divorcio” no es lo primero que pensás cuando te encontrás ante esa situación. Por eso es sumamente importante conocer tus propias emociones para poder masterizar el arte de la inteligencia emocional.
Paso 2: Manejar las emociones
Una vez que somos conscientes de lo que sentimos, el segundo paso consiste en manejarlas. Para salir de ese terreno incómodo de la infidelidad, busquemos otro ejemplo. Supongamos que uno como padre encuentra a su hijo consumiendo drogas. Y no hablo de Marihuana –que es una droga sumamente inofensiva-, sino una droga dura, como puede ser Cocaína.
Uno como padre posiblemente sienta dos cosas: desilusión e ira. Desilusión por haberse enterado que su hijo cayó en una adicción letal y sentirse responsable de ello, y también ira. Lógicamente. La desilusión en este caso no va a hacerte actuar de un modo que posteriormente te vas a arrepentir, pero la bronca sí. Entonces si el padre es consciente de los sentimientos que siente, es mucho más fácil que los pueda manejar. Si vos sabés que estás enojado y lo vas a regañar, castigar y demás bajo esa moción violenta, seguramente cuando te calmes vas a darte cuenta que no sirvió de nada. Lo mejor que se podría hacer en ese caso es contenerlo, preguntarle porqué recayó en esa adicción y ayudarlo a salir. De eso se trata la inteligencia emocional. De ser consciente de lo que sentís y aprender a manejarlo para no dejarte llevar por ese impulso.
«Las emociones negativas intensas absorben toda la atención del individuo, obstaculizando cualquier intento de atender a otra cosa.» – Daniel Goleman
Paso 3: Desarrollar la automotivación
Desde mi punto de vista, la automotivación es el más importante de todos los pasos. Hasta ahora vimos dos ejemplos distintos pero que llevaban hacia un mismo punto: no dejarse llevar por las emociones violentas. Pero desarrollar la inteligencia emocional no implica solamente eso. Inteligencia emocional es, también, hacer las cosas que deben ser hechas con el objetivo de cumplir tus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
¿Y qué tiene que ver la automotivación con todo esto?
Muchas veces vas a levantarte sin ánimos de trabajar, estudiar, entrenar. De hecho, la mayoría de las personas esperan a sentir esa motivación para empezar a accionar. La automotivación da vuelta la ecuación. Consiste en tomar acción masiva, a pesar de no sentirse con ánimos, y eso va a hacer que empieces a automotivarte, ya sea por haber aprendido algo nuevo, por liberar endorfinas post entrenamiento o por haber cumplido una tarea profesional. En resúmen, la automotivación consiste en NO esperar que las cosas sucedan, sino hacer que sucedan.
Paso 4: Reconocer las emociones de los demás
Seguramente hayas escuchado hablar del término “empatía”. Éste lo que permite es ponerte en la piel de la persona que tenés en frente. Imaginemos que estás en una situación específica con una persona que tuvo un mal día; su jefe lo regañó sin sentido. Esa persona va a estar de mal humor, y probablemente no haya aprendido las herramientas para desarrollar la inteligencia emocional que vos estás aprendiendo en este momento.
Sin lugar a dudas, la sensibilidad de la persona de enfrente va a estar mucho más latente que la tuya y su irritabilidad también. Es sumamente importante que seas empático, que puedas reconocer las emociones que la otra persona está sintiendo.
¿Por qué es importante esto?
Porque las personas cuando están de mal humor actúan sin pensar. Y si vos reaccionás de modo 100% receptivo e impulsivo –sin poder reconocer y controlar tus emociones-, puede provocarse una pelea innecesaria y que pudo haberse evitado siendo proactivos con inteligencia emocional. Tengan esto presente: uno tiene que tratar al otro de la manera que le gustaría ser tratado, y no como el otro lo trata. Consejo para la vida.
Paso 5: Manejar las relaciones
Este último paso consiste en no sólo reconocer las emociones de los demás, sino también manejarlas. Un término denominado “eficacia interpersonal”. Cuando una persona actúa utilizando el lado emocional del cerebro en lugar del racional, hace cosas de las cuales después se arrepiente. Sigamos con el ejemplo anterior: Vas a tomar una cerveza con un amigo después del laburo y su jefe lo regañó por un error que cometió. Tu amigo está muy de mal humor y se enoja con vos por una estupidez.
¿Cómo reaccionarías?
Tenes dos posibles caminos: enojarte con él porque no tenés la culpa del jefe que le tocó, o entender las emociones que está sintiendo y actuar proactivamente para tratar de que se sienta mejor y evitar pasar un mal momento que pueda perjudicar su amistad.
A eso me refiero con manejar las relaciones y la eficacia interpersonal. Ponerte en la piel del otro, entender su situación y ser empático con él. Puedo dar fe que una vez que la otra persona se calme, te va a agradecer por como actuaste. Es difícil. Desarrollar la inteligencia emocional no es algo que se da de un día para el otro. Pero sin lugar a dudas es un atributo esencial que todos deberíamos poder mejorar día a día. No sólo para tener éxito en los negocios, sino también para vivir una vida plena y en paz interior.