
Tengan muy presente esa palabra. Cuestionar. Cuestionar significa poner en duda lo que parece aceptarse. Y es lo más sano del mundo. Si estuviste leyendo alguno de nuestros otros artículos, te habrás dado cuenta del énfasis que ponemos sobre los paradigmas. A lo largo de nuestros años fuimos incorporando un montón de información que se supone es relevante e influyente para nuestro presente y futuro. Pero cada cosa en la que creemos o consideramos correcta es porque fuimos criados bajo un sistema de pensamiento que es tenido por cierto y no se puede cuestionar. Un dogma. Pero hay que plantearnos dudar. Tenemos que cuestionar. Cuestionando logramos evolucionar. Recuerden que para cada tesis hay una antítesis y luego una síntesis. Y ésta síntesis se vuelve nuevamente una tesis. Y así sucesivamente.
¿Por qué pensamos como pensamos?
Lamentablemente vamos a pecar de repetitivos. Pero es la cruda verdad. Pensamos como pensamos por el paradigma del sistema capitalista occidental en el que vivimos y fuimos criados. Normas cotidianas como, por ejemplo, la monogamia. Cuando uno está en pareja se supone que debe serle fiel y, mientras la relación esté vigente, es inconcebible que estemos con otras personas. ¿Pero… por qué pensamos así? Hay culturas donde la poligamia está tan aceptada como la monogamia acá. Por ejemplo, en Marruecos la poligamia está aceptada en tanto y en cuanto la primera mujer acepte a una segunda esposa para su marido.
Otro ejemplo es el uso de drogas. Latinoamérica como continente en sí, está mucho menos desarrollado que Europa, Asia, e incluso que América del Norte. No sólo económica y tecnológicamente, sino también intelectualmente. Y esto es porque no tenemos apertura mental. Muchos de los países de los continentes recientemente mencionados están legalizando el uso de drogas blandas de modo recreativo. Sin ir más lejos, la principal atracción de Amsterdam es la marihuana legal.
¿Y cómo hacemos para dejar de pensar cómo pensamos?
Esto es un poco más difícil que el entender por qué pensamos como pensamos. La clave está en cuestionar todo. Cuestionarnos lo que nos dicen, aunque esté comprobado o tenga apoyo legal. Poner en duda absolutamente toda verdad que se considera inmutable. Tener pensamiento crítico. Pensar por fuera de la caja. Hay muchas formas de hacerlo, entre ellas podemos:
Viajar.
Conocer otros países, otros continentes, pero, sobre todo, otras culturas, te hacen pensar diferente. Desde cosas muy simples como el idioma, hasta más profundas como la forma de vestir, las religiones que sigue, las leyes, etc. Pero, sobre todo, hablar con personas de otras culturas. Entender cómo piensan te ayuda a cuestionar tu forma de pensar. Y eso no tiene precio.
Experimentar con drogas.
Este es, tal vez, el terreno más polémico de todos. Pero también es una realidad. Experimentar con drogas te hace ver las cosas de otro modo. Vale la siguiente aclaración: Nosotros no hacemos apología a las drogas duras. Sabemos que la Cocaína arruina no sólo al consumidor, sino también a la familia. Sabemos que la heroína lo mismo… Ni hablar de las drogas más nefastas como pueden ser la pasta base, el paco, etcétera.
«La vida es cambio. El crecimiento es opcional. Elige de forma inteligente.»
Pero hay otras drogas que son mucho más blandas y tienen muchos efectos positivos. Sin ir más lejos, la marihuana de uso medicinal está aprobado en muchísimos lugares. Por algo será. Otra es el LSD. Hay un psicólogo llamado Timothy Leary que habla acerca del uso terapéutico del LSD. Entre otras cosas, lo usan para tratar traumas y dejar adicciones duras como el cigarrillo y el alcohol. Tanto la marihuana como el LSD te hacen pensar de otra forma. Te hace cuestionar muchísimo el mundo que te rodea, el mundo en el que formas parte.
Leer libros.
Por último, otra de las formas de empezar a cuestionar todo es, sin lugar a dudas, leer. Pero no leer a gente que piensa como vos. Eso está bien si querés seguir profundizando sobre algún tema en particular. Pero no hay nada mejor que leer libros de gente sumamente inteligente que pueda aportarte algo distinto. Para poder avanzar a niveles intelectuales superiores, primero debemos comprender cómo piensan quienes piensan distintos a nosotros. Partiendo de esa base, vamos a poder progresar.