Autodisciplina: Cómo forjarla en 3 simples pasos

Autodisciplina debe ser la palabra más importante que existe. Me animo a decir que es la clave de la felicidad. Hemos definido el concepto de felicidad anteriormente como la concreción sucesiva de micrometas y metas a largo plazo. Mientras mayor sea la dificultad del objetivo alcanzado, mayor autodisciplina demandará y, por consiguiente, mayor será la felicidad al conseguirlo.

Ahora bien… Forjar una autodisciplina que sea lo suficientemente fuerte como para mantenerte despierto hasta altas horas de la noche y hacerte levantar temprano por la mañana no es fácil. Requiere tiempo. Y también de una serie de buenas decisiones tomadas en conjunto. A lo largo del artículo voy a desarrollar los 3 pasos clave que necesitás saber para poder forjar la autodisciplina que te permita cumplir con todos los objetivos que te propongas en tu vida.

Paso 1: Entender que existe algo entre el estímulo y la respuesta

El primer paso para forjar una buena autodisciplina consiste en entender que existe algo entre el estímulo y la respuesta. Ese “algo” es la clave de las buenas decisiones. Grafiquemos esto con un ejemplo.

A las 22.00 hs tenía pendiente una serie de tareas para WanderAd. Entre ellas, subir 3 artículos al blog, cambiar la portada del sitio y cargar el video del quinto capítulo del podcast. Lo que más me tiraba era decir “ya fue, me levanto temprano y lo hago mañana.” Ése era el estímulo que sentía mi cerebro y cuya respuesta era la cita mencionada. Pero entendí no podía dejarme llevar por mi respuesta automática. Entonces reflexioné y me di cuenta que procrastinar era una muy mala idea. No estaba solucionando el problema que tenía en el momento. Lo estaba postergando.

¿Qué hice? Me pegué una ducha, me hice unos mates y me puse a escribir. Éste es el segundo de esos 3 artículos que tengo que hacer para antes de irme a dormir. También, cambié la imagen de portada y tengo cargado en la notebook el capítulo cuyos fragmentos voy a recortar mañana temprano. No me dejé llevar por la respuesta automática del estímulo y aproveché que existe ese “algo” para tomar una buena decisión y afrontar el problema.

Esto, repetido varias veces por día, todos los días, te hace forjar una autodisciplina japonesa.

Paso 2: Aplicar la autodisciplina en varios aspectos de tu vida

En el capítulo 4 de WanderCast hablamos de la importancia de la diferenciación de roles que cada uno de nosotros ocupa en la sociedad. En promedio, cada persona cumple 5 roles distintos en su vida diaria. Es hijo/hermano, es estudiante, es trabajador, deportista –o el hobby que te guste- y amigo. Como mínimo. Y es súper importante tenerlos diferenciados para poder practicar la autodisciplina en un aspecto particular de cada uno de ese rol.

Por ejemplo: Mi “yo” deportista tiene una autodisciplina forjada a base de ir al gimnasio 6 veces por semana. La mayoría de las veces estoy motivado y con ganas de ir, lo admito. Pero a veces no. Y ahí es cuando te volvés una mejor versión de vos mismo. Cuando tu autodisciplina te hace vencer esa respuesta automática de decir: “ya fue, no voy.”

Otro ejemplo podría ser el “yo” estudiante. Durante los 4 años que duró la Licenciatura en Comunicación Social, carrera de la cual estoy graduado, tuve que forjar una autodisciplina que me permita cursar los 5 días de la semana durante 4 años consecutivos. En total fueron 40 materias. 10 por año. 5 por cuatrimestre. Así durante 4 años. Y así podría seguir con más ejemplos de otros roles.

Mientras más objetivos a largo plazo te propongas, más va a ser la demanda de autodisciplina y mayor va a ser tu evolución como persona.

«Sólo el fuerte puede proteger al débil. Sólo el noble de corazón puede inspirar a otros hombres a la nobleza, al sacricio, a la autodisciplina.»

Paso 3: Confiá en el proceso

Muchísima gente sufre de ansiedad. Y eso los perjudica en todos los aspectos de su vida. Los verdaderos cambios llevan tiempo. Los primeros resultados no se ven hasta pasados los primeros 4 o 5 meses. Por eso el paso más importante es este: confiar en el proceso.

Cuando uno empieza una rutina de gimnasio no puede pretender ver cambios significativos al cabo del primer mes. Se demora alrededor de 6 meses en notar el verdadero poder de la rutina de fuerza. Mismo razonamiento cuando te anotás en la universidad. Recién al cabo de los primeros 5 meses vas a enfrentarte a la primera instancia de finales. Y ahí es cuando se ve cuánto aprendiste hasta el momento.

Trabajar la templeza, la serenidad, la paciencia es tan importante como desarrollar la autodisciplina. Cuando tenés en claro el destino de tu vida y sabés que estás haciendo cosas que van a llevarte hasta ese objetivo, ganás paz interior. Y esa paz interior te da la habilidad de ser lo suficientemente paciente como para confiar en el proceso.