
Uno de los conceptos más importantes que trata el tema del desarrollo personal es la autoconfianza. Ésta es un pilar indispensable a la hora de salir a la vida y luchar por lograr grandes cosas. Steve Jobs fundó Apple con tan solo 22 años. Era un hippie que pasaba la mayor parte de su tiempo en busca de la iluminación. Era un ser espiritual. Sin formación universitaria ni conocimientos de ingeniería, fundó la primera empresa en llegar a valer un trillón de dólares. ¿Cómo lo hizo? Nunca dudó de su capacidad. La autoconfianza fue su principal capital. ¿Te gustaría aprender a desarrollarla? ¡Lo podés lograr en tan solo 3 simples pasos!
Primer paso: Olvidarte de lo que piensen los demás
Hay una frase muy buena que dice más o menos así: “Cuando tenés 20, estás super preocupado por lo que los demás piensan. Cuando llegás a los 40, te das cuenta que no es tan importante, pero cuando llegás a los 60, te das cuenta que nadie estaba pensando en vos en ningún momento.” ¿Cuál es la moraleja? No podés desarrollar la autoconfianza si vas a estar tan preocupado o preocupada por la opinión de los demás. Ya lo dijo Jim Carrey: “Cuando dejas de preocuparte por la opinión de los demás, alcanzas un nivel increíblemente peligroso de libertad.” Personalmente, esa sensación de libertad no se compara con nada.
Retomando el ejemplo de Steve Jobs: Cuando iba a ver a los potenciales inversores, iba sin bañarse, desalineado y hasta descalzo. Cuando potenciales inversores iban a verlo a su garaje para ver, por ejemplo, los diseños del Apple I o el Apple II, él estaba, también, sin bañarse, descalzo y con feo olor. Pero era leal a sus convicciones. Era una persona espiritual, zen. Y era tan grande su autoconfianza que sabía que, siendo fiel a lo que sentía, iba a lograr su objetivo. Y asi fue.
Segundo paso: Aceptar que nadie nace sabiendo
Otra de las razones por la cual la autoconfianza de muchísima gente está por el suelo es porque suelen pensar que no son lo suficientemente buenos o buenas en ciertos temas. Y están en lo cierto. Pero hay algo que no están considerando: nadie nace sabiendo. En lugar de pensar que no estás capacitado o capacitada para lograr realizar ciertas cosas, preocupate por formarte. El siglo XXI se caracteriza por dar lugar a la Revolución de la Tecnología y la Información. Hace algunas décadas la información sólo estaba disponible en libros. Hoy, está al alcance de cualquier computadora o teléfono inteligente.
Mark Zuckerberg fundó Facebook con tan solo 19 años. Él mismo dijo: “Yo no sabía nada de negocios cuando fundé Facebook. Lo único que hice fue armar una red social, lanzarla al mercado y en base al feedback del público fuimos mejorando.” Y así es como debe ser. Cuando Mark armó su proyecto, lo pensó como algo interno para la universidad. Posteriormente decidió salir a volverlo algo masivo. Pero insisto: Sin la autoconfianza que caracteriza a quienes logran grandes cosas, nada de lo que te rodea hoy sería como es.
“Un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo a que la rama se rompa. Su confianza no está en la rama sino en sus propias alas.»
Tercer paso: Entender que no está mal tener alta autoestima
No solo no está mal tener una autoestima alta. Es realmente indispensable. Necesario. Quererse a uno mismo es lo más importante de la vida. Muchos han sido criados con la premisa de que una autoestima alta es sinónimo de soberbia. Y puede ser. Pero siempre es más importante rozar la soberbia que quererse poco o creerse menos de lo que uno es. Hay otra frase muy interesante que dice: “Si uno no conoce su propio valor, va a venir alguien a decirte cuánto vales y va a ser mucho menor a tu valor real.”
La autoconfianza está directamente vinculada con la autoestima. Es cierto que ésta última está muy vinculada con tu crianza. Cuando uno es niño es muy vulnerable a la opinión de los terceros, y ésta tiene una estrecha relación con la valoración personal. Es indispensable que conozcas tu propio valor, que seas capaz de creer que podés lograr absolutamente cada cosa que te propongas. Nadie nace sabiendo. Todo se aprende. A nadie realmente le importa lo que hagas. La única gente que tiene tiempo de criticar es aquella que no hace nada de su vida. Sus críticas dicen mucho más de ellos mismos que de vos. Siempre recordá eso.